De forma cotidiana se utilizan los términos cristal y vidrio indistintamente como sinónimos y decimos que la botella es de cristal y que vamos a reciclarla echándola al contenedor de vidrio, además se nos rompe el cristal de la ventana y utilizamos los dos conceptos sin percatarnos que se tratan de términos completamente diferentes.
Para poder entender la diferencia y aprender a utilizar cada término en su contexto adecuado, vamos a explicar que el cristal tiene una estructura molecular perfectamente ordenada (estructura cristalina) mientras que el vidrio es un material inorgánico, duro, frágil, transparente y amorfo que se puede encontrar en la naturaleza pero normalmente es creado por el hombre desde el siglo I (a C) y se compone de moléculas desordenadas dispuestas de forma aleatoria (estructura vítrea).
Los cristales los crea la naturaleza de forma natural, casi siempre, por solidificación de material fundido, por precipitación de sustancias disueltas o por sublimación de gases. Y el resultado son cristales de minerales, que pueden tener mucha variedad de tamaños, colores y formas.
El vidrio, normalmente, se crea de forma artificial y se moldea para darle el aspecto que se requiera, se fabrica en hornos industriales a partir de la fusión de materias como la sílice, la sosa o la cal que pasan a un proceso de enfriamiento antes de que los átomos se hayan organizado en una estructura cristalina. El vidrio se puede reciclar volviéndolo a fundir sin pérdida de cantidad ni de calidad del producto.
En el caso de que se desee un vidrio especial con ciertas cualidades, se puede fabricar añadiendo metales. A final, las propiedades de un vidrio vienen determinadas en su fabricación por la composición químicas de este.
Entonces si es tan clara la diferencia por qué nos resultan tan engañosos ambos términos. Es sencillo, la legislación española admite llamar cristales a los vidrios que incorporan en su composición al menos el 24% de óxido de plomo, y aunque en rigor siguen siendo vidrios, se permite técnicamente denominarlos cristales. Por ello, podemos afirmar que esas copas de extremado brillo cristalino que tienen un sonido especial es una variedad de vidrio con óxido de plomo que le proporciona unas propiedades ópticas especiales similares a los cristales naturales.
Al vidrio se le dan múltiples aplicaciones, por ejemplo en edificación y en arquitectura para ventanas, puertas y recubrimientos de fachadas, en interiores como elemento decorador que proporciona gran elegancia, mamparas divisorias, revestimientos de paredes, barandillas, vitrinas, lucernarios, mesas, espejos… también se utiliza fibra de vidrio y lana de vidrio como materiales aislante de la construcción. El vidrio se utiliza en automoción para los parabrisas, focos, retrovisores. Como envases en alimentación, en la industria farmacéutica y en materiales de laboratorio. En cámaras de fotos, televisiones, móviles, gafas, equipos ópticos, iluminación, relojería, en cocina y menaje y también en bisutería y joyería. El vidrio está presente en la vida de todas las personal a diario.